Paisaje en el que las montañas del fondo son de pan y los caminos de arroz, un carrito con ruedas de galletas, nubes de coliflor, un mundo de ensueño capaz de hacer las delicias de chicos y mayores.
Casitas de queso parmesano con alegres tejados de macarrones, con los adoquines de la calle formados por judías blancas, los toldos de pimiento y las nubes de mozzarella conforman un paisaje lleno de fantasía.
Unas coliflores y brócoles submarinos, conforman este paisaje de coral, una cola de langosta imita las paredes rocosas.
Esta fotografía, para mi gusto la mejor, es una cocina de la Toscana donde el mantel y las cortinas son láminas de pasta de lasaña, la silla está hecha con tallarines, el cojín con raviolis.
Medio tomate es un puchero y un espagueti con un macarrón en lo alto, el cazo para servir. Es exactamente como una cocina de cuento.
Una puesta de sol en un lago de salmón, con un barquito que es un tirabeque y unas piedras de patata.
Aquí, el jamón se hace agua entre las piedras, una cabaña hecha con colines, un abeto de jamón y otros de bacon, un hacha de pan, clavada en un tronco de fuet, rocas de pan, cascadas de jamón que abren el apetito con sólo mirarlas.
Un paisaje de globos de fresa, de aguacate, de rábanos, manzanas y ajos, campos roturados de espárragos y maíz, árboles de brócolis.
Encinas que son brócolis, nubes de coliflor, montañas de pan, un paisaje maravilloso para cualquier niño.
Un fotógrafo genial, Carl Warner, hace con su cámara lo que hacía Giuseppe Arcimboldo el genial pintor milanés en sus cabezas antropomórficas con su pincel, pero en su caso son paisajes sumamente imaginativos en los que solamente utiliza alimentos, a sus fotografías les llama "Foodscape" (de food, comida en inglés, y lanscapes, paisajes).
Empieza con un dibujo y después piensa qué alimentos irían mejor para representarlo, el resultado le cuesta de 12.000 a 25.000 euros, entre la comida, el estudio, el estilista, el maquetista, el retocador... pero grandes supermercados como Sainsbury o fabricantes de salsas como la italiana Saclà, no dudan en pagar lo que sea por una de esas fotos para sus establecimientos. Ahora planea algo con chocolate para una empresa de helados. En muchos colegios, los niños se divierten tratando de imitar sus obras y en general resultan fotos simpáticas que a primera vista parecen un paisaje y solamente una visión más detallada descubre lo que realmente conforma ese paisaje.
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