LOS TESOROS DE YUNGANG

Monasterio Colgante de Xuankong.
PAGODA DE MADERA.

Representaciones de Buda con el rostro de los emperadores.

BUDA GIGANTE.

Cuevas excavadas en la roca.


El ser humano se pasa la vida soñando con encontrar tesoros y deja perder los tesoros verdaderos. Eso sucede con Yungang, las espectaculares cuevas de Datong en la provincia minera de Shanxi (China), a las que la contaminación, amenaza con destruir para siempre. La ciudad está envuelta permanentemente en una neblina gris fruto de las cenizas de los pozos de carbón en los que basa su economía. ¿Hay que pagar ese peaje en la civilización, la destrucción de más de 51.000 estatuas budistas?
El conjunto arqueológico, que logró sobrevivir a la "Revolución cultural" (1966-1976), fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001. Es uno de los monumentos más importantes y sobrecogedores de China. Estas cuevas se iniciaron bajo la dinastía Wei del Norte (386-534), todo el conjunto se extiende a lo largo de un kilómetro, en cuya longitud se han descubierto ya 254 cuevas y 45 galerías de gran tamaño, en cuyo interior se han grabado esculturas de hasta 17 metros de altura.
El Budismo llegó a China procedente de India a través de la Ruta de la Seda, durante la dinastía Hang (siglo II), trayendo consigo la tradición de esculpir la roca con unas técnicas denominadas "Ghandhara", que a su vez estaban influidas por las esculturas griegas que Alejandro Magno difundió por Asia Central, durante el siglo IV, antes de Nuestra Era.
Los Budas de las cuevas representan a los emperadores de la dinastía Wei del Norte, que instauraron el budismo como religión del estado. La mayoría de los yacimientos datan de 1.500 años atrás. Hay un Buda de 17 metros de altura en cuyas rodillas pueden permanecer de pie 120 hombres.
Junto a las impresionantes cuevas, otro reclamo turístico de la ciudad es el Monasterio Colgante de Xuankong, que se encuentra a 75 kilómetros, construido hace 1400 años en la pared de una montaña, pende sobre un precipicio mientras un laberinto de pasillos, puentes y pasarelas, conecta sus estancias, plagadas de figuras religiosas de inmenso valor.
No lejos de allí, hay otro edificio increible, la llamada "Pagoda de madera" de 97 metros de altura, uno de los edificios más antiguos del mundo construidos con este material, sin utilizar ni un sólo tornillo.