jueves, 10 de abril de 2008
EL MIEDO TIENE EDAD
El miedo es una emoción que podemos reconocer perfectamente a través de los cambios fisiológicos que produce, relacionados con el sistema nervioso autónomo y el endocrino.
El miedo comienza a aparecer sobre los dos años, alcanzando su máxima intensidad entre los cuatro y cinco años, el miedo a la oscuridad, por ejemplo, o a estar solos.
El miedo es una reacción de protección del organismo. Y también, una cuestión de edad.
El tipo de cosas que nos atemorizan cambian cuando nos hacemos adultos, según un estudio realizado por investigadores estadounidenses y suecos y publicado por la revista "Archives of General Psychiatry".
El estudio confirma que hay factores genéticos que hacen que una persona sea más propensa al miedo que otra.
Estudiaron el desarrollo de 2.490 gemelos, desde los 8 hasta los 20 años, solicitándoles periódicamente contestar una serie de preguntas sobre el miedo que les producían trece fenómenos potencialmente aterradores, como la oscuridad, los relámpagos, las arañas, las alturas o las visitas al dentista.
Curiosamente, durante la niñez existía una mayor probabilidad de que un gemelo idéntico sintiera temor si su hermano también lo sentía. Los gemelos no idénticos también compartían esta propensión pero en menor medida, de lo que se deduce que hay un componente genético en esa emoción.
Conforme crecían, sus miedos cambiaban y también comenzaban a diferenciarse.
Este estudio puede ser importante para comenzar a tratar miedos y fobias de manera muy diferente según la edad que se tiene. Pero aún queda mucho por investigar respecto de esta emoción que el ser humano ha sentido desde siempre y que también el resto de animales, conoce.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hola, es curioso lo que acabo de leer. Justamente, ayer, la abuela de mi marido, estaba aterrada de miedo pues ya a sus 95 años no quiere estar sola ni un segundo, lo que me hace pensar que los ancianos se vuelven niños al final de su vida, y que quizás nacemos con miedo y morimos con miedo...
Probablemente con los años se pierden los correctores que aplicamos automáticamente y que nos inculcaron desde la infancia, "tenemos que ser fuertes, valientes, poderosos" y, como en otros muchos puntos, dejamos de fingir y nos mostramos como realmente somos. Saludos.
Publicar un comentario