sábado, 3 de mayo de 2008
CADA VEZ RESULTA MÁS PELIGROSO ALIMENTARSE
Con la cantidad de desaprensivos que hay por todas partes cada vez resulta más difícil alimentarse sin sustos de por medio. Acabamos de vivir el escándalo de las dioxinas de la mozzarella, detrás llegaron los aceites de girasol contaminados con hidrocarburos, y ahora acaban de descubrir en Italia a una empresa que cambiaba a sus productos las etiquetas que decían que caducaban en 2005 y le ponían otra etiqueta con fecha de caducidad en 2009, así, tan ricamente. La Guardia de Finanzas de Turín ha decomisado 18 toneladas de alimentos de una mayorista italiana por estos hechos; entre los productos se encuentran setas y pescado congelado como sepia, atún, gambas, calamares y pulpo; se cree que llevan años con esta práctica fraudulenta. Precisamente sospecharon del fraude por lo barato de los alimentos. Ya decían nuestras abuelas que lo barato sale caro.
Ahora hace falta investigar quienes son los clientes de la empresa para saber por donde andan el resto de productos caducados, que igual estamos comiendo en estos momentos alguno de ellos.
Otro escándalo en Italia ha sido con el aceite de oliva virgen, cuando los controles de EEUU, Alemania y Suiza descubrieron que llevaban etiquetas de empresas inexistentes, en este caso, 39 personas fueron arrestadas y se requisaron más de 25.000 litros del aceite falsificado.
Ya veremos el asunto de las caducidades como acaba, que para estos cuatro años caducado un producto, no significa nada. Acabaremos inmunizados contra cualquier cosa, los que no se mueran antes envenenados, claro.
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