lunes, 12 de mayo de 2008

EL PADRE PÍO





El Padre Pío está haciendo de oro al pueblo de San Giovanni Rotondo, una pequeña ciudad de la región sureña de Puglia, en Italia. Dicen que está a punto de superar en número de peregrinos a Lourdes, tanta es la expectación de visitantes que han debido ampliar hasta septiembre de 2009 la exposición del cuerpo, pensada en principio para sólo unos meses. Los fieles no dejan de acudir a verlo, la mayoría en busca de milagros.
Lo más curioso, desde que la Iglesia decidió exhumar el cuerpo del Padre Pío, fallecido hace cuarenta años, es que sus manos no tienen el más leve rastro de los famosos estigmas que mantuvo durante 50 años. De él se decía en vida que podía levitar, tenía el don de la ubicuidad y el de la bilocación, que emitía aroma de flores su cuerpo, en fin que el pueblo lo había santificado antes que el Vaticano. Se decía que de sus manos, pies y corazón manaba sangre y que leía el pensamiento de quienes le visitaban.
La Iglesia le hizo santo en 2002, pero en vida muchos cuestionaron el tema de los estigmas y lo acusaron de usar ácido fénico o carbólico para provocarlos. Una farmacéutica del pueblo comentó que se lo había comprado a ella y pedido guardara el secreto, que era para desinfectar unas agujas. Pero la iglesia descartó este testimonio. Su festividad, San Pío de Pietralcina, se celebra el 23 de septiembre, porque coincide con la fecha de su muerte, el 23/9/1968.
Sea como sea, los que tengan fe, que acudan, que igual encuentran lo que buscan, a veces la fe hace milagros por sí misma, sin ninguna otra ayuda.

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