martes, 13 de mayo de 2008

¿ES SOSTENIBLE LA SEGURIDAD SOCIAL?


Esa es la pregunta que muchos nos venimos haciendo desde hace tiempo, sobre todo en estos últimos y alegres años de gobierno de Rodríguez. ¿Dispone la Seguridad Social de recursos suficientes para cubrir sus compromisos de pago a largo plazo, o se encuentra tan inerme como nosotros frente a las hipotecas y sus subidas?.
El primer informe actuarial, es decir, la aplicación del cálculo de probabilidades, la estadística y la matemática financiera al análisis de riesgo, que se hace en España sobre el sistema público de pensiones lo descarta por completo. Así como suena. Este informe ha sido publicado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (VIE) y aclara que el sistema es insolvente.
El 31,4% de los pasivos comprometidos, o sea, el pago de las pensiones, "no se encuentra respaldado por un activo explícito". Vamos que existe un desequilibrio entre el activo y el pasivo, que lejos de haberse reducido en los últimos tiempos, al aumentar el número de afiliados cuando ha habido pleno empleo, emigración etc..., más bien se ha incrementado.
En el año 2001, la ratio de solvencia de la Seguridad Social se encontraba en 0,74, lo que suponía que el 26% de los compromisos asumidos estaban sin cobertura, pero es que cinco años más tarde el nivel de cobertura ha descendido en 5,4 puntos, lo que en román paladino significa que la tercera parte del gasto comprometido en pensiones, no tiene respaldo financiero alguno.
Y todavía hemos tenido que leer que algún sindicato, pedía se aplicaran los fondos de pensiones a resolver el problema actual de la construcción, solamente nos faltaría eso para acabar de hundirnos del todo.
Ahora estamos "huyendo hacia adelante" porque el precio de venta (cotizaciones) se manifiesta en cobros inmediatos y el coste de ventas (pensiones y compromisos adquiridos con los cotizantes) genera pagos lejanos en el tiempo y muchos mueren por el camino antes de cobrar nada; pero tarde o temprano el déficit aflorará y entonces veremos quién lo remedia.

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