lunes, 12 de mayo de 2008

SALTARON LA REJA

La Virgen todavía en el Santuario, a punto de salir a la explanada.

El paso lento por los arenales.


A las 2.32 de la madrugada los almonteños no pudieron más y saltaron la reja que los separaba de la Virgen; durante tres horas habían tenido que dominar sus nervios, esperando el Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte, que no puede llegar hasta que no acaba el Rosario.
El Santero y los almonteños más ancianos tuvieron que hacer valer su criterio para calmar los ánimos de los fogosos jóvenes, ansiosos por sacar a la Virgen antes de la llegada del Simpecado. Pero solamente pudieron esperar hasta que éste se asomó a la puerta del Santuario, el griterío y el entusiasmo de la gente pudo más que la prudencia de los mayores y los jóvenes ni siquiera esperaron a que el Simpecado llegara ante el altar; una fuerza ancestral e irresistible les empujó a saltar la reja que les separaba de la Virgen. Inmediatamente, abrieron la reja y bajaron a la imagen, recorriendo el camino hasta la puerta para salir a la explanada donde miles y miles de personas, esperaban vibrantes el momento de ver su rostro en la madrugada. Y luego, recorrido por toda la aldea, visitando cada Hermandad, entre lágrimas y vítores. La que recibió el Rocío del Espíritu Santo, caminará entre su pueblo hasta el mediodía, momento en que, con su entrada en el Santuario, muchas Hermandades comenzarán ya el camino de vuelta. Ojalá tanto la ida como la vuelta sea camino de meditación y trascendencia y no sólo de goce material.

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