jueves, 3 de febrero de 2011

EL ZORRO Y LAS GALLINAS



EL ZORRO Y LAS GALLINAS

En España tenemos la mala costumbre de poner a los zorros como guardianes de gallinas y así van las cosas como van.

Por eso ni Trabajo ni la CEOE quieren oír hablar de la sugerencia de Merkel de que la subida de los sueldos deben ir unidos a la productividad más que al IPC.

Y por eso, también, estamos como estamos en el caso La Seda. Menos mal que el juez del Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, con buen criterio, mantiene la causa abierta y permite a la Plataforma de Accionistas Minoritarios que se persone como parte en el caso.

La Abogacía del Estado, que defiende a los dos imputados, pretendía en sus alegaciones, y llegó a convencer al fiscal del caso, para que se retirasen las imputaciones y se sumara a su petición de sobreseimiento.

Pero es que, para el que no lo sepa, los que están imputados por un delito de prevaricación en el ejercicio de sus cargos, son nada más y nada menos que Julio Segura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y José Antonio Gonzalo Angulo, presidente del Instituto de Contabilidad y Auditoría de cuentas.

Siendo ambos presidentes de organismos de control hay que preguntarse cómo se permitieron las irregularidades que presuntamente cometieron algunos gestores de La Seda de Barcelona, lo que significaría una dejación voluntaria de sus funciones de control y al no actuar habrían causado graves perjuicios económicos a los accionistas minoritarios.

Esta causa marcha por separado de la que se sigue contra los gestores de La Seda, por ejemplo los ex presidentes de la compañía, Rafael Español y José Luis Morlanes, hoy vicepresidente ejecutivo de la sociedad.

Recordemos que tras la salida de Rafael Español de La Seda, dejó tras de sí una serie de operaciones irregulares que podrían superar los 100 millones de euros. Se le imputan los delitos de falsificación de las cuentas anuales, abuso de poder y alteración de los precios.

Recordemos que la investigación comenzó después de que la auditora KPMG detectara ciertas operaciones presuntamente irregulares entre La Seda y una serie de empresas participadas. Estas operaciones provocaron a La Seda pérdidas de más de 100 millones de euros, dichas pérdidas fueron contabilizadas por José Luis Morlanes como "resultados negativos" del ejercicio, ¡y tan negativos!. Ahora hay que investigar qué vínculos societarios y empresariales mantenían Español y Morlanes para que el segundo quisiera solucionar el "problema" de un plumazo.

Y por qué los que tenían el deber de vigilar incurrieron en culpa in vigilando. Porque créanme, nada ocurre por casualidad, suele haber en estos casos causalidades más que casualidades. 

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