martes, 15 de febrero de 2011
UN ESTADO EN RUINAS
UN ESTADO EN RUINAS
Es increíble que un Estado que está en la más completa ruina proyecte reestructurar el sistema financiero, es decir las cajas, despidiendo gente, unos 15.000 tienen ya previstos, en su mayoría a base de prejubilaciones (y eso que han aumentado la edad de jubilación) que saldrán a 100.000 euros por persona de media, para lo cual deberán gastar más de 1.500 millones de euros. Que saldrán, como es costumbre de nuestros sufridos bolsillos.
Para ello, y para no perder la costumbre, lo están llevando a cabo mediante Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que es en España la panacea universal para que los empleados cobren y callen y los sindicatos se enriquezcan.
El Servicio Público de Empleo pagará las prestaciones sociales de todos esos empleados durante dos años, así como las prestaciones económicas derivadas de su situación de inactividad. Casi el 90% de las bajas serán prejubilaciones con 55 años y deberán cobrar hasta los 65 en que pasen a ser jubilados.
Es decir, que al mismo tiempo que Gobierno, CEOE y Sindicatos impulsan la reforma laboral, retrasando la edad de jubilación, el sector de las cajas va a prescindir del 11,3% de sus empleados por la vía de las prejubilaciones.
Cada empleado cobrará el 95% de su salario neto hasta que llegue a los 65 años, o sea, 10 años cobrando sin trabajar, por cuenta de todos los ciudadanos y avalados por un Estado en ruinas que no sabe ya como refinanciar tanta deuda acumulada.
Y estando tan mal las Cajas, alguien debería explicar cómo es posible que en los primeros nueve meses de 2010, obtuvieran 3.694 millones de euros de beneficios. Si quieren sanear la plantilla, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, que lo paguen de sus beneficios.
Los 1.500 millones que le van a costar al Estado estos expedientes de Regulación de Empleo, son apenas el 30% del total por el que va a salir la reestructuración del sector, que no bajará de los 5.000 millones, incluyendo el cierre de algunas oficinas.
El Banco Financiero y de Ahorro ( Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas más) se desprenderán de 4.000 empleados y cerrarán 500 oficinas. El Banco Base (CAM, Cajastur, Caja de Extremadura y Caja Cantabria), prejubilarán a 2.200 empleados, el doble que la fusión de las cajas gallegas o las castellanas.
Pero todo ese dinero no será el único que el Estado tenga que gastar, porque el FROB, Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria, lleva ya inyectados 11.167 millones de euros a ocho procesos de integración de cajas y 1.200 millones más están ya preparados para aquellas entidades que en 2010 no superaron las pruebas de "estrés".
Y cuando estén todas saneadas a costa de nuestro dinero, las venderán por cuatro euros a sus amigos como ya ocurrió con el caso Rumasa, cuando vendieron Galerías Preciados al venezolano Grupo Cisneros, próximo a González y Boyer, por el precio simbólico de una peseta.
Lo de Egipto no es nada para lo que debería levantarse aquí.
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