jueves, 3 de febrero de 2011
GUERRA EN LAS BODEGAS
GUERRA EN LAS BODEGAS
Encima que con la crisis todos los negocios marchan peor de lo que debieran, hay algunos con problemas familiares de por medio.
Y tenemos dos casos muy similares en las bodegas Vega Sicilia y Faustino Martínez, ambas con vinos de gran prestigio que pueden acabar yéndose al traste por culpa de la ambición y el amor.
David Álvarez Díez, que cuenta en la actualidad con 84 años, fundó el Grupo Eulen hace 50, empresa que ahora es líder en servicios con más de 90.000 trabajadores y con presencia en una quincena de países. También es propietario de Vega Sicilia, bodega que se ha convertido en mítica en el mundo del vino.
Pero resulta que Álvarez Díez se ha casado por tercera vez en septiembre de 2009, era dos veces viudo, y lo ha hecho con su secretaria, bastante más joven que él, y el hombre está tan feliz en su matrimonio y cree tener derecho a vivir en compañía sus últimos años. Pero el buen hombre tiene siete hijos, de los cuales dos apoyan ese matrimonio y los otros cinco, más bien piensan que es un matrimonio interesado. Hace poco, Álvarez Díez logró recuperar el control de Eulen, al hacer valer, en una junta convocada judicialmente, su participación mayoritaria, lo que le permitió disolver el consejo de administración donde sus hijos tenían mayoría y poner personas más favorables a sus opiniones.
Pero ahora sus hijos se han hecho fuertes en la empresa El Enebro, la sociedad patrimonial de la familia, que posee Vega Sicilia. La semana pasada los cinco hijos contrarios a su matrimonio consiguieron en una junta ordinaria convocada por orden judicial, aprobar una propuesta, fuera del orden del día, que acordaba la salida del consejo de administración de Vega Sicilia del padre y los dos hijos fieles, Jesús David y María José. El próximo día 16 de este mes está prevista una nueva junta extraordinaria para votar sobre el cese y los nuevos nombramientos que será necesario hacer.
En Eulen, David Álvarez tiene mayoría de acciones y por eso pudo ejercer su autoridad, pero en El Enebro está en discusión si tiene o no derecho al usufructo del 51% del capital, según el protocolo acordado cuando falleció su primera mujer y madre de sus hijos, María Mezquiriz. Esto es como un culebrón televisivo, ¿tiene derecho el padre a defender las obras de toda su vida?, ¿tienen derecho los hijos a defender sus intereses, adquiridos por herencia de la madre? Seguiremos al tanto del desarrollo de la cuestión.
El caso de Julio Faustino Martínez, tiene similitudes con el anterior, cuenta con 78 años y también se ha casado con una secretaria bastante más joven que él, hace unos 15 años. Su bodega de Oyón, Álava, es un grupo vinícola de gran prestigio internacional y con presencia en varias denominaciones de origen españolas, Rioja, Ribera del Duero, Navarra y La Mancha. Es el mayor propietario de viñedos de La Rioja y uno de los mayores exportadores españoles de reservas con la marca Faustino, nombre que le puso en honor a su padre, Faustino Martínez. Hace poco inauguró una bodega extraordinaria, Portia, diseñada por el arquitecto Norman Foster y que está valorada en 25 millones de euros. Julio tiene cinco hijos y también anda en litigios con ellos. En una junta reciente, él y su esposa lograron aprobar la salida del consejo de administración de varios hijos, entre ellos, Lourdes Martínez Zabala, que era hasta entonces directora financiera de la bodega.
Aquí se dirimen los derechos legítimos de los que han dedicado toda su vida a levantar unas empresas de la nada, contra la ambición de unos hijos que creen que pueden perder parte del capital paterno en manos de las esposas el día que los padres fallezcan. ¿Hay que condenar a esos hombres a la soledad durante los años que les queden de vida? Como decía Wallis Simpson, duquesa consorte de Windsor, nunca se tiene suficiente dinero, o eso parece.
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2 comentarios:
La mujer de Julio Martinez no es su secretaria y tiene casi la misma edad que el
Mis fuentes me informaron que fue su secretaria hace quince años y que es algo más joven que él. En todo caso ambos tienen derecho a rehacer sus vidas como crean más conveniente.
Saludos.
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